jueves, 23 de octubre de 2008

Blanca, simplemente blanca.

De acuerdo a la encuesta realizada entre algunos visitantes del Blog invisible que no se ve, el grupo ((atm)) consiguió determinar que cualquier pregunta formulada en este blog es blanca, simplemente blanca. No es que no se luzca para nada o que apenas pueda verse. Ni siquiera es una cuestión superflua o carente de gracia. El verdadero impedimento para que un interrogante se manifieste en su totalidad es su propio color.

Sin dudas, esta es una paradojal visión sobre la manera en que se ven las cosas.

viernes, 22 de agosto de 2008

Invisibilidad.

La invisiblidad es la cualidad de un cuerpo físico visible de no ser visto en condiciones de luz normales para un supuesto observador. Hasta principios del siglo XXI esta cualidad solo era posible en la naturaleza y se daba en gases y seres u objetos que por su tamaño, el ojo humano no era capaz de captar sin ayuda de lentes u otra tecnología diseñada para tal menester.

Los científicos, creen haber descubierto la forma de alterar el efecto de la luz sobre un cuerpo físico para conseguir el efecto de invisibilidad de forma artificial gracias a telas compuestas por estructuras electrónicas nanométricas.

La consecución de este logro, tiene importantes aplicaciones en la industria del espionaje y la guerra. Sin embargo, también podría ser utilizado para una mejor observación de especies animales en su medio natural y mejorar la estética y la iluminación de algunos lugares en las que las edificaciones han creado un paisaje poco acogedor para el ser humano.

La invisibilidad ha sido tratada en numerosas ocasiones por escritores y cineastas de ficción ya sea científica o mágica, casi siempre planteando el peligro que supone que este don caiga en malas manos.
fuente: Wikipedia.

domingo, 20 de julio de 2008

Vacío.

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lunes, 17 de marzo de 2008

Bienal sin obras de arte.

Este año, la de San Pablo se dedicará a la reflexión, sin exposiciones. La decisión augura polémicas.

En octubre, cuando se inaugure la 28ª Bienal de San Pablo, el inmenso pabellón diseñado por el centenario arquitecto Oscar Niemeyer no exhibirá obras de arte ni exposiciones.El modelo decimonónico de las bienales de arte está decididamente en crisis, aunque el formato lejos de agonizar se extiende por todo el mundo. «La 'bienalitis' es una enfermedad», dice la francesa Catherine David, polémica curadora de la Documenta X de Kassel. David señala que «hay bienales que duran hasta el momento del champagne». Pero aclara: «Ésto no significa que forzosamente tengan que convertirse en un espacio de despilfarro, de idiotez, donde todos pueden y todo vale».

En este contexto, el curador de la próxima Bienal de San Pablo, Ivo Mesquita, decidió poner el tema sobre el tapete con un gesto más drástico que las palabras. La 28ª edición de la Bienal que se inaugura en octubre de este año, no exhibirá obras de arte ni exposiciones. El inmenso pabellón del arquitecto Oscar Niemeyer se abrirá tan sólo para reflexionar. Es decir, habrá un espacio de exactamente 25.000 metros cuadrados destinados exclusivamente a pensar. Y motivos son los que abundan.

En la desmesura de ese territorio vacío levantarán una biblioteca con información sobre las anteriores bienales de San Pablo y los centenares de todo el planeta. En la entrada del edificio, según se anuncia, «podrán realizarse performances u otras acciones efímeras. Será como una gran plaza donde podrá reunirse la gente». La Bienal se titula «En contacto directo». Pero ante la ausencia del arte, con perplejidad, se cuestiona: «¿En contacto directo con qué? ¿Acudirá la gente a celebrar el vacío de una muestra sin obras?»

Es posible que esta peculiar edición pase a la historia como una extravagancia curatorial, y que la Bienal continúe como está, o con los pequeños cambios que ya le impusieron a la anterior al recortar los envíos nacionales. Pero también puede ocurrir que las bienales del mundo no vuelvan a ser las mismas después de estos ejercicios mentales. Todo puede cambiar si los pensadores logran planificar un nuevo destino, y hasta se menciona la posibilidad de crear centros culturales en los edificios del parque Ibirapuera. Lo que se adivina, es que a la Bienal (y ésto incluye a todas) le llegó el momento de revisar su historia y franquear su situación actual.

Centuria

La Bienal paulista, hecha a imagen y semejanza de la que inauguró Venecia al finalizar el siglo XIX (una gran exposición internacional con envíos de varios países y un curador diferente en cada edición), ha cumplido más de media centuria. Desde su creación, en 1951, por iniciativa del empresario Ciccillo Matarazzo, ha logrado con creces sus objetivos de que los brasileños conocieran el arte contemporáneo de Europa, EE.UU. y otros países, convertir a San Pablo en un activo centro del arte contemporáneo e insertar la ciudad en la agenda del circuito internacional. Varias generaciones de artistas y críticos de todo el mundo han desfilado por la Bienal y, si hoy Brasil lidera el arte de Latinoamérica, se debe a que con su poder de irradiación favoreció las relaciones con los museos, críticos, curadores, coleccionistas y galeristas internacionales. Los actores de un sistema que hoy se cuestionan si concurrirán a ver el vacío.

Mesquita, ideólogo del concepto rector que gira alrededor del interrogante, «¿Cuál es la misión de una bienal en el siglo XXI?», defiende su guión curatorial y sostiene: «La Bienal responde a un modelo de exposición del siglo XIX y estamos en el XXI. No creo que este modelo esté agotado, pero necesita una profunda revisión. En los años '50 y hasta los '70, la Bienal de San Pablo era la tercera del mundo y hoy son 300 las bienales que existen. Es necesario reconocer un agotamiento. Por esta razón planteo una crítica desde la propia Bienal y propongo un espacio vacío para los diálogos. Al enfrentar el vacío surgirán dudas en el espectador acostumbrado a paredes llenas. Creo que es un proyecto que provocará la discusión y en él hay puestas muchas expectativas».

Los antecedente de esta propuesta que privilegia los aspectos teóricos, pueden rastrearse en las plataformas de pensamiento tan importantes como la muestra de la frustante Documenta XI curada por Okwui Enwezor. Todo comenzó con la excelente Documenta que curó David a fines de la década del '90, que inducía a pensar en qué se ha transformado el arte, pero frente a las obras de arte. Mesquita radicaliza la propuesta, y no sólo se desentiende de las cuestiones estéticas sino que además pone el arte en «cuarentena» durante los 42 días que durará la Bienal.

Entretanto, detrás del proyecto subyacen los problemas administrativos y financieros de la Fundación Bienal, que arrastra una deuda de 3 millones de reales. Una agencia de información de Brasil, señala: «Mesquita reconoció que su tardía designación como curador le dejó sólo 10 meses para preparar la Bienal. Los problemas políticos dentro de la propia Fundación Bienal, influyeron para que pensara en el vaciamiento del arte».

En el diario «Folha de São Paulo», Manuel Pires da Costa, presidente de la Fundación Bienal, considera que el proyecto es «extremamente moderno», y afirma que la falta de tiempo se tornó positiva, porque «permitirá reflexionar sobre el papel de la Bienal». En cuanto a la repercusión del proyecto en el exterior, pronostica optimista que «un veinte por ciento estará en contra y el otro ochenta por ciento a favor».

Como contrapartida, Nelson Aguilar, curador de dos ediciones de la Bienal, expresa su desencanto: habla del «luto internacional», del «final de una administración ausente» y de «Ivo haciendo el papel de difunto en el entierro».

Reacciones

No faltan opiniones favorables, pero Mesquita asume los riesgos de la crítica, insiste en la conveniencia de abrir una pausa, y argumenta a favor de preguntarse: «¿Qué evaluación propone la Bienal de San Pablo de este fenómeno cultural que se propaga por los países llamados periféricos o en regiones de gran tensión política y cultural? ¿Cuál es el papel de una bienal en la era de la globalización? ¿Qué papel juegan las bienales en la industrial cultural, turística y del espectáculo? ¿Qué contribución puede aportar la Bienal de San Pablo en la discusión en base a su experiencia, siendo la tercera organización más antigua y la primera fuera de los centros hegemónicos?»

Este repliegue en sí misma, le permite a la Bienal tomar distancia y mirar en perspectiva fenómenos como la feroz competencia que han entablado las ferias de arte con las bienales. En el sitio web de la Bienal, analizan la situación de ambas, ferias y bienales, y dicen que hoy son espacios privilegiados para investigar y ver la producción contemporánea. Pero observan que mientras las ferias son lugares comerciales bien definidos para la venta del arte, en las bienales hay instancias poco transparentes, ya que muchas veces los galeristas financian los proyectos de los artistas. «El problema es que las bienales que tradicionalmente legitiman el arte contemporáneo, sólo sobreviven como agentes de punta de un mercado ávido de carne fresca. Y corren el riesgo de convertirse en proveedoras de exotismo para el consumo», auguran.

Estos temas, como la subordinación del arte a los intereses políticos o del turismo cultural, no son novedad. En la última Bienal de Venecia se blanquearon las operaciones de mercado: reinaban los galeristas. Pero lo cierto, es que nada de todo ésto podría decirse en una bienal común y corriente. ¡Y recién comienzan a sincerarse!

Los galeristas de San Pablo ya habían organizado la exposición «Paralela», simultánea a la Bienal, y a pesar de que les vacían un lugar propicio para las operaciones de mercado, algunos apoyan la decisión de Mesquita.

En la Argentina, pese a la estrecha relación que existe desde sus orígenes con la Bienal, la noticia no tuvo repercusión. Los artistas, reducidos ahora a meros partícipes del debate y los seminarios, son los únicos que se resisten a la ausencia del arte. «Todos debemos investigar; asistir a largas charlas; sumergirnos en las propias entrañas de los archivos de cientos de bienales», objeta Cristina Schiavi. «En la plaza habrá performances, teatro, saltimbanquis, fiestas para todos. ¿Una especie de carnaval patético? ¿Una distracción para el vacío que debemos enfrentar? La superestructura bienal se mordió la cola. El arte como ilustración, como panfleto de ideas curatoriales ya no es suficiente. La Bienal se quedó sin tema y se detiene a pensar. Sumergidos en la ignorancia, sin pensamientos sublimes, rodeados de la cotidianeidad, los artistas seguimos trabajando».

La polémica está en sus inicios, Mesquita ha puesto las cartas sobre la mesa.

Escrito por Ana Martínez Quijano para Ramona Web

lunes, 25 de febrero de 2008

Estamos perdiendo el sentido de la mirada.

"Estamos perdiendo el sentido de la mirada" La Bienal de San Pablo vacía

En el célebre edificio diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer en el parque de Ibirapuera, el arquitecto Ivo Mesquita, director de la 28ª Bienal de San Pablo, dio un golpe de efecto con la propuesta de realizar en octubre de este año una bienal vacía. "Me parecía importante crear un espacio silencioso. Incluso sagrado. Algo que lo diferencie de la voracidad exterior. No quiere decir que esté desconectado de lo que sucede, pero sí que hay que tomarse un tiempo, que todo pueda ir más despacio.

Al ser interrogado sobre ¿cuál es el papel para la bienal en el siglo XXI?, Mesquita responde: "No se puede olvidar que el modelo de bienal de arte viene de Venecia, del siglo XIX. Y ahora están también las ferias de arte, que son escaparates. Al lado de eso hace falta redefinir la relación de la bienal con la ciudad, con el país, pero también en relación al hecho de que en los años cincuenta era la tercera bienal que se instituyó en el mundo y la primera en el hemisferio Sur. Y así fue hasta los años setenta. Hoy hay casi 200 bienales en el mundo. Venecia sigue activa, es como el museo de las bienales. La de San Pablo fue siempre más vanguardista. Mientras Venecia era una exposición de consagración, São Paulo fue más de obras emergentes, se premiaba a artistas más jóvenes".Pero la propuesta de la bienal vacía plantea inquietudes. ¿Los artistas no serán las víctimas de esa iniciativa?"No, hay un equívoco en esto", dice Mesquita. "Sí va a haber artistas, lo que no va a haber es una exposición tradicional con cuadros enmarcados en las paredes, esculturas en sus pedestales y salas oscuras para las proyecciones. Será un espacio continuo de una sola instalación que consiste en lo siguiente: en la planta inferior habrá una gran plaza, un territorio experimental conducido por los sentidos con performances, bandas de música, cine. Con cosas para ver, quizá más efímeras, pero sobre todo para la contemplación. ¿Cómo presentar una pintura en este contexto? Hay que repensar el formato actual de exposición, cuestionar su estrategia. La idea es abrir el edificio al parque, a la ciudad, para que la ciudad entre, que se renueve. El espacio vacío funciona como un lugar de liberación de energías para filtrarlas y, al llegar al tercer piso, ahí estará la gran biblioteca sobre las bienales con los archivos de los 58 años de historia de la de São Paulo y documentación de las otras 200 bienales que hay en el mundo. Y ahí también estarán presentes los artistas, a dos niveles. Algunos artistas que trabajan con temas de historia, de memoria, de arqueologías, van a intervenir creando los accesos al archivo. Otros participarán en los paneles y discusiones que tendrán lugar en la biblioteca. Los artistas no quedarán fuera, estarán dentro. No es posible pensar el arte sin los artistas".Y la otra gran incógnita, ¿irá el público a esa bienal sin exposición? "Creo que el público sí va a asistir. Nuestra intención es que la plaza se convierta en un lugar de interacción social. Vamos a tener un programa para todos los días que espero que les resulte atractivo. Por otro lado, si bien nosotros vamos retrasados en la organización, los otros museos, galerías y centros tienen ya sus exposiciones preparadas. En ese sentido, la bienal va a permitir a la gente mirar hacia la ciudad. ¿Por qué todos los trabajos van a estar aquí dentro? Pueden estar afuera"."Se trata de provocar con este gesto y crear una discusión", continúa. "Creo que eso ya cumple un objetivo de marketing. También se ha abierto una polémica que creo que va a continuar todo el año. Desde su anuncio se creó una reacción, en muchos casos, muy pasional. Y eso me gustó. Ésa era la idea, una gran provocación. Una crítica de la propia bienal hacia las bienales. Porque si somos los responsables de esta institución tenemos que movernos. Nunca pasará nada si seguimos charlando mientras tomamos copas, quejándonos de lo que ha hecho el comisario de turno. Hay que tomar posición. Es un espacio político. Por eso volvemos a la idea de la plaza como espacio político. Un punto de encuentro para generar algo. La crítica institucional es mi tema favorito del arte contemporáneo", puntualiza.

¿Qué es una bienal?
Es una exposición o manifestación artística o cultural que se repite cada dos años. La Bienal de Venecia fue la primera que se conoció, se inició en 1894 como una exposición internacional de arte en los Giardini di Castello.Creada en 1893 e inaugurada oficialmente el 22 de abril del año siguiente, la Bienal se ha interrumpido solamente entre 1916 y 1918, y entre 1942 y 1948, a causa de las guerras. A la muestra de artes visuales, que la ha caracterizado hasta hoy -en 1930 la institución organizadora pasó a ser autónoma- se agregó el festival de música, en 1932 cine, y teatro en 1934, otorgándole entonces el carácter multidisciplinar que conserva hasta hoy. En 1973 la institución es reformada, y desde 1975 se encarga también de la organización de exposiciones de arquitectura. En 1998 se establece el nuevo estatuto quepermite, también, sin lugar a dudas –y tal vez es lo más relevante para quien visita la muestra con un punto de vista centrado en el arte mismo- evaluar la orientación que las técnicas y tecnologías, las formas, imágenes y temas van siguiendo en las artes visuales de este nuevo siglo.
Gentileza de El arca/redacción para Ramona web, revista de artes visuales.