sábado, 7 de mayo de 2011

Asfixia y muerte del Net Art

El medio nunca será el mensaje.
por Nekane Aramburu.

De tan repetida, la crónica archi-anunciada de esta muerte apenas ha dado lugar a una mínima nota necrológica que la certifique con carácter definitivo. Piel translúcida e incandescente, ahora masa obsoleta en el depósito de cadáveres, olvidada por las lenguas que la lubricaron voraces en las largas noches de vigilia y en sus días bondage acordalados por ceros y unos. Sin sol y sin tiempo, las teclas y el mouse se cansaron de una interactividad forzada y forjada entre pseudointelectualidad, hacktivismo y autocompasión flagelada del propio lenguaje. Atrás quedaron las oleadas de éxtasis sintiendo la propia asfixia cuando poco a poco el aire iba desapareciendo y la cabeza perdía la consciencia a medida que el nivel de oxígeno descendía y la intensidad del bombeo aumentaba. Puro Imperio de los sentidos consentidos. Su uso desatado y artificioso llevó al aburrimiento total. Ya ni tan siquiera servía el consuelo del placer sustitutivo de la vena henchida de nuevas promiscuidades, saltando de Wikileaks al Facebook en un estilismo vectorial afectado y orgiástico. Las manos que sostenían el interface apretaron un poco más y lánguidamente se apagó sin un último quejido, solo el crack levísimo producido por el cierre del laptop.

Su autopsia nos revela cómo en los cincuenta y sesenta aparecen las primeras obras de arte electrónico cuyo principal hito lo podemos encontrar en 1952 cuando Ben Laposki creó la pieza Abstracciones electrónicas o Oscillons a partir de aparatos electrónicos y tubos de rayos catódicos. Con internet liberado surge el Net Art como lugar de creación en interacción y caldo expositivo in progress. Heredero de las posibilidades y vías que abrieron los movimientos de vanguardia, exponente del triunfo de lo benjamiano, se conoce bajo la denominación de Net art, Web art, Arte telemático o Arte en red a todo aquello que alude a obras artísticas creadas a partir de programas de composición de páginas que utilizan un sitio web en la WWW viviendo en y por ella. Desde el 89, y fundamentalmente en los noventa, se expande a medida que aumentaba el uso y la democratización de la red, las posibilidades de una esfera pública abierta y libre a la experimentación de la narrativa no lineal y del propio soporte como sujeto y vía para activismos varios desde lo virtual a la vida real.
En el 94 se certifican los primeros trabajos de Net art como tales, y ya en el 95 se acuña el término oficial mientras que el Prix Arts Electrónica introduce como categoría de premios al World Wide Web Sites. Seguidamente Vuc Cosic (quién robaría el site de la Documenta X) organizó Net art per se en el 96 y realizó sin más dilación su Historia Oficial del Net.art. En el 97 la Documenta de Kassel estaría incluyendo oficialmente este tipo de trabajos, en concreto el de Jodi, Alexei Shulgin y Holger Friese. En Latinoamérica todos recordamos las obras de Brian Mackern y Alcides Martínez en Uruguay, Arcángel Constntini en México o Belén Gache, Gustavo Romano o Jorge Haro en Argentina o los programas concebidos desde el Centro Cultural de España en Buenos Aires como síntoma de su expansión y reconocimiento .
Durante el “periodo heroico” del Net art proclamado oficialmente en todas las crónicas entre los años 1994 y 1999, éste se consolida en el sistema de las artes evidenciándose los problemas de su subsistencia y fallas estructurales, lo que aumenta exponencialmente su cuestionamiento y fragilidad. En primer lugar, por la conservación de las obras realizadas para este medio, no solo debido a la evolución del hardware sino por las crecientes mutaciones del software, del que no bastaba con clonar la website o archivar de modo conveniente los trabajos en soportes objeto ya de ciber-arqueología. Además, estaban las maniobras de mercantilización y musealización en un intento de domesticación a tiempo real de los propios teóricos y artistas. En paralelo en el 97 Hakim Bey -padre ideológico de los hackers- afirmaba en Alicante que si puede suceder algo interesante no será en la red y en mayo del 98 algunos de los principales protagonistas del movimiento declaraban en Banff (Cánada) otro más de sus muchos fallecimientos.
Las prácticas artísticas en la red han evidenciado desde sus comienzos todas sus contradicciones externas e internas, que pasan desde el eterno retorno de lo alternativo domesticado, la no-exposición convertida en objeto de culto museístico, el anti-sistema dentro del sistema pasando por la paradoja del software original y pirata sacralizado para ser conservado y reinsertado, como lo ejemplifica Adaweb alojada por el Walker Art Center, o la consolidación a partir del 2002 de un portal dedicado a net art y arte digital por el Whitney Museum.

En el 99 ya se hablaba del after-Net Art y proliferaban sucesivas ramas y modalidades de ciberguerrilla, ciberfeminismo (en 1996 Anne de Haan enviaría su manifiesto "The vagina Is the Boss on the Internet" a Nettime) o hackactivismo pre-Julian Assange. Hoy, pasado el furor Second Life y la fascinación por las vidas artificiales, se imponen nuevas etiquetas: game art, software art (o code art, o programming art), etc., mientras el diagnostico letal es una realidad y la metástasis de la web 2.0 ha terminado de hacer el resto con carácter fulminante desde los celulares y las sucesivas generaciones de ipads del planeta.

Aun y todo, frente al colapso terminal de lo comunicacional, lo estético, los contenidos artísticos e interfaces en obsolescencia y recordando otros pronósticos nada lejanos de muerte presentida referidos tanto al mail art como al videoarte, me permitiría enunciar como epitafio sobre la tumba de las muchas tecnologías de los múltiples nombres que: El medio nunca será el mensaje.

Nekane Aramburu / Historiadora del Arte y museóloga española. Trabaja como gestora y curadora focalizada en la cultura como laboratorio de exploración y comprensión de los contextos sociales y del mundo en el que vivimos, a partir de proyectos tentaculares entre espacios no convencionales y el museo.
Tanto su manera de abordar la gestión, como sus proyectos se focalizan en prácticas creativas transmediales y ecosistemas territoriales glocales.

www.nekanearamburu.net

(Extraído de la revista sauna, año 1 Nº 9)